sábado, 4 de agosto de 2018

Así transcurrieron nuestro viaje cultural de julio de 2018

En julio de este año 2018 hemos recibido a 3 viajeros culturales llenos de ilusión, de apertura, de ganas de disfrutar y aprender de la experiencia de vivir en India durante 15 días y empaparse de su cultura.

Guillermo, Cristina y María llegaron a India con 24 horas de retraso debido a un problema técnico con la compañía aérea, pero eso no impidió que su llegada estuviera llena de ilusión. ¡Si cabe mucha más tras la larga espera!





Debido al retraso su entrada fue directamente en Agra: El Taj Mahal, con toda su belleza y esplendor les recibió en un día caluroso. Y tras el Taj, la también indispensable visita al Fuerte Rojo de Agra.


Por la tarde, para recobrar fuerzas antes de pasar la noche en el tren, tomamos unas buenas raciones de chocolate,... ¡y marchamos a la estación de Tundla para esperar al tren! que por suerte solamente llegó con una hora de retraso.

Siempre la noche en el tren en India es una experiencia inolvidable para los visitantes. Y nuestros viajeros no fueron menos. Superando algunas barreras como el ir al cuarto de baño, pasaron la noche descansando y durmiendo pues hasta ese momento no habían podido hacerlo debido a su largo viaje desde España.



La llegada a Varanasi no les dejó indiferentes, ya que esta ciudad mágico recibe al viajero con su tráfico, sus pitidos, su caos que rompe con todo lo establecido en occidente. Lleva unos días adaptarse a esta nueva situación, y Guillermo, María y Cristina tardaron muy poco en hacerlo.

Al llegar al apartamento una rica comida preparada por nuestra cocinera Kamla, una pequeña introducción a la geografía e historia de la India y visita en barca a la ceremonia de Arti, disfrutando de la maravilla de los ghats de la ciudad.





Cada día en la mañana dedicamos tiempo a aprender sobre diferentes aspectos de la cultura y la religión y espiritualidad de la India. Fascinados y sorprendidos muchas veces con lo aprendido, después de las jornadas dedicábamos tiempo a debatir antes de salir a visitar la ciudad.






Durante 7 días los 3 pudieron conocer, disfrutar, aprender y vivir Varanasi. Hicieron sus compras tranquilamente, intercalándolas con visitas al ghat donde veíamos el río crecer cada día.



Y entre medias, para cambiar de aires, nos fuimos 2 noches a conocer Bodhgaya, el lugar en el que Buda se iluminó. Un lugar de peregrinaje para los practicantes del budismo de todo el mundo. Allí meditamos bajo el árbol de la Iluminación, paseamos, e hicimos una excursión a la zona rural de India para subir a la cueva de Mahakala, el Pico de Buitre y para visitar las ruinas de la Universidad de Nalanda.









La subida al Pico del Buitre será algo inolvidable para todos, pues el Monzón se hizo sentir pero no pudo evitar que llegáramos a la cima ¡empapados pero felices!



Sin duda han sido 14 días intensos en los que nos hemos reído, hemos aprendido, nos hemos acompañado en momentos difíciles, y ha surgido una bonita relación entre los 4 (ellos tres y yo).



Y es que eso es lo que tiene este tipo de viajes: que son viajes realizados desde el corazón, en los que nuestra principal motivación es que las personas que nos visitan sean felices mientras están aquí, que conecten con su ser, con su esencia, con su cara más oscura y la más brillante.



Esta es la gran belleza de nuestros viajes culturales, y con Cristina, María y Guillermo la belleza ha sido inmensa.



¡Gracias amigos y hasta pronto!

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